jueves, febrero 13, 2014

¿eres tu mi valentina ?






--EL DíA DEL CASTIGO--


Lo malo de los catorce de febrero no es que se promocione al amor, sino la idea de amor que se promociona: un amor para ser observado por los demás, despojado de su ordinariez, que es el verdadero territorio donde una pareja prueba la consistencia de aquello que la une.

Porque es en la desprestigiada zona de la costumbre donde novios o esposos dotan de realidad a su relación. Si una pareja tiene alma, esta se define en la rutina. Lo otro —los viajes, regalos sorprendentes, extravagancias— son solo eventualidades fotogénicas: son la ensalada, nunca la carne. Siempre he creído que la genuina complicidad sentimental se cuece en las ranuras —a menudo mugrosas— del día a día, donde hay que echar mano de recursos que no se condicen con el discurso de San Valentín, y que son básicos, como la independencia, la privacidad, o la necesidad de comprender que el otro es autónomo e imperfecto. Si eso no se asume, surgirá en el medio un bloque gris: eso que Javier Marías denomina en su novela Corazón tan blanco como “la institución del secreto”. Arreciarán los secretos: los callados, los padecidos, los impenetrables.

También creo que el amor está en las agallas de aceptar que todo puede irse al diablo de un momento a otro, y que no toda duración implica éxito. Hanif Kureishi desarrolla brillantemente esta idea en su novela Intimidad, donde el narrador critica a la gente que celebra esos matrimonios de viejecitos que van por la calle, sin considerar que quizá esos ancianos frustrados están juntos solo porque en el pasado no tuvieron valor para abandonarse cuando debían.

¿Qué es para ti el amor?, me preguntaron una vez en una entrevista. A falta de una opinión formada, solo atiné a responder lo que dice Marguerite Yourcenar al inicio de Fuegos (y que mañana puede servir de letanía a los maniaco-depresivos): “el amor es un castigo, somos castigados por no haber aprendido a quedarnos solos”.

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Las parejas y el amor tienen un día para festejar su condición, el Día de los enamorados. Casi todo el mundo sabe que el 14 de febrero es San Valentín, pero lo que desconocemos es por qué se celebra este día y cuál es su origen, a pesar de ello nos esforzamos por hacer regalos originales por San Valentín a nuestras parejas.

¿Por qué se celebra San Valentín?

La historia de San Valentín es una historia larga y algo ambigua ya que existen varias versiones. Al igual que sabemos que en el mundo antiguo, en la época de Roma se celebraba el día del amor, en memoria al dios griego Eros, con ofrendas y peticiones para encontrar pareja, no sabemos exactamente cuál es el origen de la historia de San Valentín. Unos le sitúan en el reino de Claudio III cuando los soldados no podían contraer matrimonio. El emperador creía que en el campo de batalla rendían mejor los hombres solteros y puso en firme esta premisa. San Valentín protagonizó un episodio de rebeldía al casar en secreto a las parejas jóvenes que se lo pedían, aunque no le duró mucho. Cuando llegó a oídos del emperador quiso conocerlo y escuchar lo que decía. San Valentín al ser recibido por el emperador pregonó su fé pero no conseguiría nada. El emperador envió órdenes para procesar al valiente y acabó encarcelado.

En el tiempo que pasó en la cárcel se enamoró de la hija del carcelero. El día a día con ella y el ser su maestro por petición de su padre hizo que se enamorara de la chica. La firma que le puso a su enamorada en una carta ha llegado hasta nuestros días: "De tu Valentín", incluso hay una expresión en inglés que se usa en las despedidas que es "Fron your Valentine". ¿Pudo ser este el origen de las cartas de amor?, las de San Valentín seguro que sí. El patrón de los enamorados fue ejecutado el 14 de febrero.

Sin embargo hay otras narraciones que dicen que Valentín era adorado por los niños de su pueblo y que fue encarcelado por ser cristiano y negarse a dar culto a otros dioses. Los niños iban a verle a la cárcel y a través de los barrotes le tiraban cartas y mensajes de cariño.

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